Cosas Buenas Cosas Malas
Buenos días bendiciones
Hoy quiero hablarles sobre el corazón y lo que contiene.
En nuestro corazón hay dos compartimientos.
Un lugar de las cosas buenas y un lugar de las cosas malas.
Cada vez que ocurren cosas en nuestras vidas, suponiendo, al joven lo regaña su madre, él puede tomar eso y colocarlo en las cosas buenas, o eso mismo colocarlo las cosas malas.
esa decisión es de cada uno.
Otra persona puede que la despidan de su trabajo, él toma eso y lo coloca en las cosas buenas o también puede colocar de las cosas malas.
Esa decisión de cada uno, de cómo vea desde su perspectiva de las cosas de la vida.
Toda persona en su corazón, tiene lugar para cosas buenas para cosas malas, y según vayan ocurriendo las cosas en nuestras vidas, así mismo nosotros vamos llenando de cosas buenas o de cosas malas.
La misma circunstancia puede ocurrirles a dos personas, la misma circunstancia, y la persona es la que decida si lo va a colocar en las cosas buenas que le va a colocar las cosas malas.
es decisión de cada persona.
Dependiendo de que el lugar tu hayas llenado, si has llenado más las cosas buenas o las cosas malas, de esa misma cantidad, son las cosas que vamos a hablar.
En la vida hablaremos, conversaremos, discutiremos más de lo que está lleno nuestro corazón, si nuestro corazón está lleno más de cosas buenas, de eso es lo que vamos a dar y hablar.
Si nuestro corazón está lleno de cosas malas, de eso es lo que vamos a hablar y dar.
Todo depende de cómo tu asimilé las cosas que vienen.
Entonces diremos, pero ¿cómo puedo yo algo malo que me ocurrió colocar las cosas buenas? Si puedes colocar las cosas buenas.
¿O algo bueno colocarlo las cosas malas? Sí puede colocar las cosas malas.
Todo depende de tu perspectiva, de como tú veas esta situación o problema o conflicto.
Puedes colocarlo dentro de las cosas buenas las cosas malas.
Y de eso de la mayor cantidad de cosas que tú tengas guardadas en el lugar donde tú lo colocas en tu corazón, sea en lugar bueno o en lugar malo, de eso es lo que mayormente tú vas a hablar.
Tú vas a expresarle a las personas lo que está dentro de tu corazón.
Sea mayoritariamente en bueno, o sea mayoritariamente malo.
Ahora veamos el cristiano.
Para el cristiano no ocurre así.
Hay muchos que sí ocurre así, pero no es el modelo normal para cristianos.
Para el cristiano, todas las cosas que le ocurren, solamente hay un lugar.
Ya no hay un lugar de cosas buena y un lugar de cosas malas.
Se elimina el lugar de cosas malas.
Ahora el cristiano tiene un lugar solamente para cosas buenas, porque sea que te dijeron una maldición, esa maldición es algo malo.
Pero ahora, Dios, toma eso, y lo coloca en el lugar de cosas buenas.
Tuvo un accidente el cristiano. Eso Dios lo toma, y lo coloca en las cosas buenas.
Por que ahora es Dios quien dirige el corazón de la persona.
Quiere decir que aquello malo que había, en esa circunstancia, no ocurre mal para el cristiano. Al cristiano solo le ocurren cosas buenas.
Porque todo ayuda para bien, a los que le aman.
Sea que perdiste el trabajo, tus padres te llaman la atención, tu economía está catastrófica, tu relación anda muy mal, tus familiares te han abandonado, no te queda nadie para conversar y hablar porque todos se han ido.
Estas en la cárcel. Estás en un hospital.
Para el cristiano, todo eso, hay un solo lugar. El lugar de cosas buenas.
Porque todo lo que aparentemente nosotros denominamos malo, en las manos del Señor, tiene un propósito.
Nosotros no somos personas de despropósitos.
Desde que tu aceptas al Señor en tu corazón, porque el Señor vio tu corazón y era adecuado, y el Señor plantó salvación en ese corazón, ya tu vida no depende de ti mismo.
Ahora tu vida está en las manos del Señor.
Y ¿Qué puede haber malo en las manos del Señor?
Ahora tu vida es de Cristo. Tu vida es para Cristo.
Por lo tanto, como el Señor te llamó, para salvación, De ahí hacia el frente, de allí hacia adelante, todo es bueno en tu vida.
Ya no ocurre nada malo, porque el Señor, adecua las circunstancias para tu bien, para tu beneficio, porque ya tu vida no depende de ti mismo, depende del Señor.
Pongamos este ejemplo: Estoy de pleito con mi mamá.
Salí de discusión con mi mamá, llevo años en esa condición.
Un día le digo al Señor (estoy contándole mi testimonio), un día le digo: Señor, estoy cansado de mi vida, no sé qué hacer, Dios. Es más, quiero terminar con toda esta vida que no me sirve para nada.
Y me entrego totalmente a los hijos del Señor, no guardo nada para mí.
Que el Señor hace primeramente en mi vida para restaurar y que sus bendiciones sean efectivas.
Lo primero que el Señor hace, es restaurar la relación con mi padre y mi madre.
Eso es lo primero.
Para que el Señor pueda enviar, mandar todas sus otras bendiciones, lo primero que está en el camino que se llama bendición, es padres.
El Señor restaurara la relación con tus padres.
Si no está la relación con tus padres adecuada, como seguir a las otras bendiciones.
Todo se alinea de manera tal que, tienes que pasar por tus padres.
Tienes que restablecerse esa relación para el Señor continúe bendiciendo.
Tiene que restablecerse esa condición mala de la relación, para que el Señor te pueda bendecir.
No importando si fuiste tú o si fueron ellos. Tiene que restablecerse la relación.
Ahora, hago un paréntesis, entendamos.
El cristiano es disciplinado, el que no sigue los caminos del Señor, es castigado.
aunque pareciese que el cristiano es castigado, realmente es una disciplina, porque el Padre que ama a su hijo lo castiga, lo disciplina, y ese castigo no es el mismo castigo para los que no están en Cristo.
Para los no están en Cristo es un castigo por el mal que hicieron, para lo que están en Cristo es una disciplina para que se corrija ese mal y se enderece lo que estaba torcido.
Entonces, le entrego mi vida totalmente al Señor, lo primero que el Señor hace es restablecer la relación con mis padres, con mi madre.
Con colocar el perdón de mi madre hacia mí, de mí hacia mi madre, de mi padre hacia mí, de mi hacia mi padre, con colocar perdón, todas las otras situaciones, ya el Señor, las tiene preparada.
Que te quiero decir, si es que tienes un papá o una mamá muy exigente, el Señor, adecua tu corazón para que esa exigencia que tienen ellos, sea de bien para ti.
Ya el Señor adecua tu corazón si es que tus padres son dejados o demasiados estrictos.
Sea cual sea la situación, la situación que tengan ellos, sea cual sea la personalidad de ellos, Dios adecua tu corazón para que esa condición que tienen ellos, te sea de bendición.
Lo que tú mirabas ante como un obstáculo para acercarte a tus padres, ahora tú lo verás como una oportunidad para que el Señor pueda moldearte a través de aquello que pensaste que era malo
Entonces, esa condición que ahora mismo tu ves con tus padres que es mala, no puedo conversar con ellos porque apenas voy a conversar empieza la pelea, empieza el pleito, empieza la discusión, nada más conversó un minuto ya estamos peleando, es más antes de conversar ya estamos peleando.
Después que tu entrega totalmente tu vida al Señor, todo cambia.
Aquello que tú veías como un obstáculo, ahora tú lo ves como algo para doblar rodillas delante del Señor, es más alto lo ve como algo gracioso.
Y tú sonríes a la vida porque tienes unos padres que están contigo, sea madre o sea padre.
están contigo, están ahí, y tú, no es que sobrellevas las cosas, la palabra no es esa, es que Tú llevas Todo eso en el peso del Señor.
Ya realmente no lo están cargando tú, lo carga el Señor, y como lo carga Señor, para ti ahora es un deleite tus padres.
Ahora, lo que tu veías antes en tus padres como malo, ahora tú dices, Señor gracias porque ellos son como son.
Porque puedo evangelizarlos, puedo hablar del Señor, es más, el Señor también trae con el perdón de paciencia, trae bondad, trae humildad, y todo eso bajo un paraguas de amor.
Ahora, lo amas.
Y mientras va pasando el tiempo, llegas a enterarte que no puedes estar un día sin ellos.
Antes pasaban años sin verlos, ahora un día sin verlos, sientes que te falta el aire, tus padres.
Entonces, esta es la condición de la cual te digo que, para cristianos, todo el cabe en un solo lugar llamando bueno.
Porque esa es la voluntad del Señor.
Esa relación con tu padre la voluntad del Señor, y la voluntad del Señor es buena.
Ahora es bueno relacionarte con tus padres, ahora es agradable hablar con tus padres.
Ahora es perfecta la relación que tienes con tus padres.
Y sé que este es un ejemplo de tantas situaciones que se presentan en tu vida.
Pero sea cuál sea tu situación, tu condición, todo es bueno, cuando tu colocas tu vida en las manos del Señor.
Pero cuando no estás en las manos del Señor y eres cristiano, quiere decir que no has colocado tu todo en el altar.
Quiere decir que hay partes en tu vida que siguen vivas. Hay partes en tu vida, que no ha muerto.
El hecho de morir en la cruz, que Jesucristo murió, es un hecho. Él murió, por lo tanto, estamos totalmente muertos, con él en la cruz.
Pero el paso de HACED MORIR LAS OBRAS DE LA CARNE, todavía no se ha hecho experiencia en ti.
Que no eres cristiano, ven y conocerás lo que estoy diciendo.
No es que tú quieras de tu propio conocimiento aplicar ésta verdad. No la aplicas tú, la aplica el Espíritu Santo.
Si es que en tu vida ves, que tu relación con tus padres está mal, perdiste tu casa, vives en lugar de alquiler, tus hijos no tratan contigo.
Tu como joven, como adolescente, te sientes excluido de la sociedad.
Ven a Cristo. Y cuando tu vengas a Cristo, Cristo hará que todo esto, se produzca en ti.
En la medida que tu corazón se entregue a Él, en esa medida, esta semilla va a germinar y va a dar fruto.
Y tú, que eres cristiano, si te entregas al Señor, y fe crece más, entenderás lo que te digo.
Ahora mismo piensas que es imposible llevarte bien con tu esposa, piensas que es imposible llevarte bien con tu esposo.
Piensa que es imposible llevarte bien con las personas a tu alrededor, con tu vecino, ese vecino que te tiene cansada la vida, ese jefe que te tiene hasta aquí.
Ese compañero de trabajo, ese hermano, ese primo que ya no sabe ni que hacer o se va él de ésta vida o te vas tú, piensas.
Pero cuando vienes a Cristo y le entregas todo tu ser a él, entenderás lo que te digo.
Ven a Cristo, entrega todo y verás que hay un solo depósito para nosotros los cristianos, un lugar de cosas buenas, Totalmente buenas.
Y como tú tienes un lugar solamente de cosas buenas, porque lugar de cosas malas está, pero está vacío.
El lugar de cosas buenas está lleno.
Cuando tú vas a hablar con la persona ¿de qué vas a hablar? De cosas buenas.
Porque tu corazón está lleno de cosas buenas, porque tu corazón Dios lo ha llenado.
Porque tú vives en la plenitud de Cristo.
Es una experiencia no es un conocimiento.
Vivir en Cristo es una experiencia, porque la Biblia dice que sus Palabras son espíritu y son vida, espíritu porque te cambia esa naturaleza pecaminosa que tenías, vida porque es para vivir, es movimiento, es ejecución.
La Palabra del Señor no es conocimiento nada más.
Llega al conocimiento, pero tú te vas tu más allá, y pasas horizontes, llegas a la vivencia, a la experiencia, pero esa experiencia Jesús es quien la lleva.
Recuerda, la Biblia dice que Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto.
Tu serás llevado por el Espíritu a la experiencia, no andes buscando experiencias, busca a Cristo, y el Espíritu te llevará la experiencia.
Porque hay muchas personas que están buscando los sobrenatural de Dios, no estés buscando lo sobrenatural de Dios, no estés buscando el milagro, no estés buscando la provisión, no estés buscando enriquecerte, no estés buscando que todo vaya bien. Busca a Cristo.
Y Él, en su momento adecuado, cuando tu estés preparado y capacitado por Él, entonces vendrá la experiencia.
No estoy hablando de conocimiento meramente, porque no se trata de conocer a Dios con la mente, se trata de conocer a Cristo por el Espíritu.
Las experiencias te llevan a conocerlo.
Cuando tu estés pasando por un mal momento, por una situación muy difícil, si tú, cristiano, no quitas tus ojos de Cristo, veras la parte que estoy diciendo, que es BUENA, AGRADABLE Y PERFECTA su voluntad.
Cuando estés pasando por problemas muy serios, no mires, no mires las circunstancias, aunque estés ahogándote, no mires las circunstancias, siempre pon tus ojos fijos en Jesús. Y Él te enseñará lo bueno de esa circunstancia.
Lo bueno se aprende casi siempre al final, mientras estamos pasando, caminando es éste camino, al principio no se ve lo bueno, se ve al final.
Cuando ya estamos acabando, saliendo, allí es donde se ve la luz.
Es lo mismo que un túnel, cuando ingresas a un túnel largo, de mucha distancia, jamás verás la luz, hasta que no estés llegando al final.
Así es éste camino, no verás la luz hasta que no estés llegando al final.
Pero el trayecto es muy oscuro, pero quien te lleva en las manos es Cristo.
Entonces, es malo el trayecto, NO, porque para ser malo el trayecto, tiene que ser malo el final. Pero el final es bueno.
Y en el trayecto siempre ve dando gloria a Dios, ve dando gloria a Dios, ve dando gloria a Dios en el trayecto.
No te detengas a ver las circunstancias porque entonces, no veras la luz al final.
La luz al final, por más difícil que sea la situación, la verás si perseveras.
Cristo te llevará a ver la luz al final.
No te detengas por nada, no detengas tus pies de caminar, no te detengas. Por más dura y difícil que veas la situación, no te detengas. Sigue, no dejes a Cristo, porque Él te lleva en sus manos, y por más difícil que tu veas la situación, su voluntad es BUENA, AGRADABLE Y PERFECTA.
Y Él jamás permitirá que el diablo, el mundo, las personas, pongan un dedo sobre ti, y aunque lleguen a poner un dedo sobre ti, Él guarda tu corazón.
Él te guarda.
Jamás me ha abandonado, y es por eso que puedo decir que hasta hoy su gracia me ha sostenido.
Su amor y favor está conmigo, y jamás me ha abandonado, y jamás me abandonará.
Él es el que me cuida, puedo mirar al cielo y decir, Señor, tu éstas.
Jamás me has abandonado.
En ninguna circunstancia por difícil que sea, Él, Dios, Jesús, nunca me abandonó, y nunca me abandonará.
Él siempre ha sido mi socorro.
Cuando pienso que ya estoy por flaquear, cuando mis rodillas ya están por caer y debilitarse, su socorro viene. Él me socorre en toda situación.
Y cuando yo veo la luz, puedo tomar todo ese trayecto que pase en ese túnel y ponerlo en el lugar de cosas buenas.
Es un hecho, Jesús, nunca nos deja. Él siempre ha estado con nosotros.
Emanuel Dios con nosotros.
El Dios que sostiene en su creación, el Dios que sostiene sus hijos, el que da alimento, que da pan, el que sostiene.
Él siempre ha estado conmigo.
Y jamás su mano se ha apartado de mí.
Espero haberte sido de bendición.
Te invitó a este camino, es una delicia y es un gozo estar en el Señor.
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