jueves, 10 de febrero de 2022

Soportando la misma deshonra que Él sufrió

Soportando la misma deshonra que Él sufrió

 La Biblia dice: (Hebreos 13)

Así como Jesús también sufrió fuera de las puertas de la ciudad, para santificar al pueblo por medio de su propia sangre.

Por tanto, salgamos hasta él, fuera del campamento, soportando la deshonra que él soportó.

 

¿Que la Biblia nos quiere decir con?: Suframos la misma deshonra que él sufrió

¿Estaremos dispuestos a sufrir la misma deshonra que el Señor sufrió?

¿Estaremos dispuestos a pagar ese precio que el Señor pagó?

 

Vemos en el evangelio hoy en día, que se nos habla de muchas cosas suaves y fáciles de lo que es el evangelio.

Pero cuando se va a la Palabra, se conoce realmente hasta donde está el precio que hay que pagar en éste camino.

Miremos cuál es el precio que hay que pagar en éste camino.

 

Ésta palabra es para todos aquellos que están dispuestos a el precio de estar en éste camino.

La Biblia dice: (Isaías 53)

Nos habla del precio que tenemos que pagar junto con Jesús, para estar en éste camino.

Es un camino de gozo, felicidad y deleite en medio de todo esto descrito.

 

Isaías 53

¿Quién ha creído a nuestro anuncio?

¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura;

 

Así el mundo nos ve, no hay hermosura en nosotros, los que seguimos el Camino del evangelio, no hay ningún parecer de belleza en nosotros.

Éste es el precio que hay que pagar

 

le veremos, más sin atractivo para que le deseemos.

No hay atractivo en nosotros ante los que se pierden.

 

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

Despreciado y desechado entre los hombres

Éste es el precio

 

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

Al ver un enfermo, un abatido, nosotros en nuestro ser nos presentamos delante de Dios como aquel abatido, como aquel que está sufriendo.

Como aquel menospreciado.

Nosotros llevamos delante de Dios todas aquellas cargas que están sufriendo, como si nosotros mismos la cargásemos.

Y nos presentamos delante de Dios por aquellos que están caídos.

 

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

Nosotros debemos llevar en nuestro ser aquellas enfermedades.

No es simplemente orar por los enfermos, es llevar sus enfermedades en nuestro ser, en nuestro interior.

Es presentar delante de Dios y entregarle ese sufrimiento que están pasando aquellas personas.

Es llevar sus enfermedades en nuestro ser y así presentarnos delante de Dios, como nosotros mismos enfermos, como nosotros mismos abatidos.

Es presentarnos delante de Dios

 

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores

Es llevar en nuestros cuerpos aquellas enfermedades de los que están sufriendo y presentarlas delante de Dios como nosotros mismos enfermos.

Pero esto, no es una obra de nosotros mismos, ésta es la obra del Espíritu de Dios que hace en nosotros esa empatía con aquel que está en una cama de hospital.

Y nosotros nos presentamos delante de Dios, como ese sacrificio vivo y agradable y presentamos aquellas enfermedades como nosotros mismos enfermos.

 

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Es cuando veamos algún mendigo en la calle o algún rico poderoso, o alguien que está sufriendo, alguien que está herido.

Alguien en rebelión, todos los que están en pecado.

Es presentarnos delante de Dios por aquellas personas que están pasando por sufrimientos.

Y decirle: Señor, perdona nuestras rebeliones.

Aunque nosotros no hayamos pecado, aunque estemos viviendo en santidad.

Es presentarnos delante de Dios, llevando las cargas de aquellas personas.


Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Esto es soportar la deshonra que él soportó como nos dice en Hebreos.

Es cuando veamos a aquel que está hablando de una forma errada del evangelio, que está predicando de una forma equivocada y le da una interpretación errada a la Palabra.

Es llevar en nosotros aquella persona y decir: Señor, ten misericordia y condúcelo al camino correcto.

Es llevar ese error delante de Dios, como si nosotros mismos estuviésemos equivocados y presentarnos delante de él y decirle: Señor, estoy angustiado y afligido.

Y no abrimos nuestras bocas para hablar mal de aquellas personas, sino que decimos: Señor, perdonanos.

Es cuando veamos que alguien está equivocado, y decir Señor, perdona nuestro error.

Perdonanos, porque hemos pecado delante de ti, y no conocemos realmente tus caminos.

Es llevar en nuestro ser, aquella carga del perdido, como si nosotros mismo estuviésemos perdidos.

Es llorar literalmente con nuestros ojos desde nuestro corazón por aquel que no te conoce, como si nosotros no te conociésemos.

Hacernos al perdido, su luz, llevarlo a Cristo, clamar por él.

Mostrarle la verdad con nuestra vida, con nuestra intercesión, con nuestra oración.

Clamar por aquel perdido, como si nosotros mismos estuviésemos perdidos.

Llevar en nuestro ser esa carga del que se pierde.

Como si no estamos respirando y nos falta el aire y nos ahogamos.

Así debemos clamar delante del Señor.

Eso es SOPORTAR LA DESHONRA QUE ÉL SOPORTÓ.

 

Porque cuando él estaba en la cruz, todos nuestros pecados estaban en él.

Así debemos cargar nosotros, como si nuestro ser llevase aquella carga del que está perdido.

 

Nos gozamos en Dios, nos alegramos en su salvación.

Pero al ver un perdido, sufrimos con aquel que está perdido.

Y llevamos delante de Dios todas esas afrentas, todo ese dolor.

Aquella mujer que no tiene con que alimentar a sus hijos.

Aquel padre que ha perdido su hogar, ha perdido el respeto de sus hijos, ha perdido todo.

Es llevar ese dolor delante de Dios, como si nosotros perdimos todo.

Como si no tuviésemos nada, así debemos clamar a él.

Como si nuestra vida estuviese perdida y pedir socorro.

Es decir: Señor, socorrenos, porque estamos perdidos sin ti.

Es hacer empatía con aquel que no te tiene.

Eso es SOPORTAR LA DESHONRA QUE ÉL SOPORTÓ

 

Perdidos, angustiados, sin hogar, sin techo, sin familia.

Porque llevamos en nuestro ser el peso de aquellas personas que no te conocen.

Porque llevamos en nuestra vida la muerte que llevan aquellas personas por no conocerte.

Porque sufrimos en nuestro ser el sufrimiento que conlleva no conocerte.

Y le decimos: Señor, perdonanos, por nuestros errores.

 

Nuestras vidas están en santidad, nuestras vidas están en rectitud.

Caminamos fielmente con el Señor.

Podemos resbalar y nos volvemos a parar.

Pero no olvidamos aquel perdido, no olvidamos lo que conlleva no conocer a Cristo, sufrimiento y muerte eterna.

 

Y al saber lo que conlleva aquel camino de perdición, nuestras almas y espíritus se conmueven al ver la ciudad perdida, al ver tanto pecado.

Al ver que no consideran al Señor.

Al ver con la facilidad con que adoran dioses.

Al ver como se prostituyen en la idolatría.

Al ver como caen en la hechicería.

Nuestras almas se duelen, al ver tanta maldad y pecado.

Y clamamos delante de Dios por aquellas almas que no te conocen


Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

 

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.

 

Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

 

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

 

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

 

SOPORTANDO LA DESHONRA QUE ÉL SOPORTÓ

El Señor nos guie a éste conocimiento de soportar la deshonra que él soportó.

 

Salgamos para fuera de las puertas de la ciudad, para santificar al pueblo por medio de su propia sangre.

 

Espero haberles sido de bendición.

 

Link del Video en Youtube

https://youtu.be/lVruVvV5wR4

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