LA RESPUESTA DE DIOS A
TU ORACIÓN
La Biblia nos habla Isaías 53:11.
Verá el fruto de la afición de su alma, quedará satisfecho;
por su conocimiento justificar a mis siervos justo a muchos, y llevará las
inequidades de ellos.
Al momento de yo empezar una petición del Señor, empezar una
oración, esa ORACIÓN debe dar sus frutos.
Muchos de nosotros empezamos oraciones, peticiones al Señor.
Y muchas veces no vemos cumplidas esas peticiones.
¿Será el qué Señor no las escucha?
¿Será que el Señor ha respondido en una manera negativa y ha
dicho no?
¿Será que el Señor ha dicho sí?
Pero cual sea lo que Señor haya dicho, en nosotros no se
cumple esa petición.
Nuestro deber como cristianos es orar siempre hasta ver
cumplida esa petición.
Orar dos días, tres días, veintiún días.
Es orar hasta ver
cumplida esa petición.
El Señor no desecha ninguna las peticiones que le hayamos
hecho, sea una petición que el aprueba o no, el Señor la toma en cuenta y él
nos responde.
Su respuesta puede ser sí o puede ser no, puede ser espera,
en el tiempo adecuado te daré lo que pides, voy a formarte para que esa
petición que tú me has dado, cuando yo te responda, sea de bendición para ti, y
no sea de tropiezo.
Pero no
debemos desistir hasta ver cumplida la respuesta a tu petición.
Le has pedido al Señor por tus hijos, que tus
hijos regresen a casa, a su casa,
que regresen a sus caminos.
No desista de esa petición, aunque veas que nada se está
cumpliendo, aunque veas que cada día se ponen peor las cosas, no desista de esa
petición.
Sigue clamando al Señor,
si el Señor dice en su Palabra que tus hijos volverán, y te hizo esa promesa,
creelo, agarralo, y no sueltes de ti esa petición.
Cada día sigue
insistiendo, pidiendo al Señor por tus hijos.
Si es por tu esposo, le pediste al Señor que quieres que tu
esposo vaya contigo a la casa de adoración donde tú vas para congregarse y
adorar al Señor juntos, y quieres un esposo cristiano no desistas de esa
petición.
Sigue orando hasta ver cumplido, sigue derramando lágrimas, porque el
Señor, lo que dice en su palabra lo cumple.
Pero, porque a veces no vemos cumplir esas promesas en
nuestras vidas, porque muchas veces oramos por un tiempo, y al no ver cumplidas
las promesas desistimos.
Pero no nos damos cuenta, que desde el primer momento en que
entramos en la voluntad del Señor y él nos lleva a empezar una petición, desde
ese momento, él está trabajando, y de mucho antes que la pidamos, ya el Señor
está trabajando.
Él está trabajando para que se cumpla esa promesa, porque hay
un intercesor aquí en la tierra, que clama de día y noche para ver cumplir la
voluntad del Señor.
Su voluntad se
va a cumplir, su voluntad será hecha.
Pero, tú, no desistas.
Y si has sentido que el Señor se está demorando en cumplir,
no es cierto, no escuches esas voces extrañas, que te dicen que el Señor está
demorando.
El Señor está preparando todo. Y tú verás que, en el tiempo
correcto, las bendiciones del Señor en tu vida.
Pero lo principal de todo lo que como dice la Palabra, buscar el Reino de Dios y su
justicia y las demás
cosas son añadidas.
Que cuando tengas una petición delante del Señor, se ajuste, se
amolde al Reino de Dios.
Sí estás orando, por tu esposo, es para que conozca el Reino
de Dios.
Si estás orando por tus hijos, es para que conozcan el Reino
de Dios.
Tus familiares, conocerán el Reino de Dios.
Sean abuelos, tíos, cualquier, es para que conozcan el Reino
de Dios.
Estás orando por un carro, es para el Reino de Dios que le
servirá.
Estás orando por un trabajo, es para el Reino de Dios ese
trabajo, para que tenga más personas a TU ALREDEDOR y evangelices, que seas de
testimonio.
Pero
primeramente el reino de Dios y su Justicia.
No desistas de orar.
El empleo que pediste, el Señor te lo dará en su tiempo adecuado,
pero te está preparando, mientras te prepara, Él será tu sustento.
No dudes nunca porque no he visto justo desamparado y su
descendencia que mendigue pan.
Ese empleo el Señor te lo va a dar, ese automóvil, esa casa,
es para su Reino, para glorificarlo a Él, para que les gloria. Para que sea de
testimonio.
Porque tú mismo eres ese instrumento que Dios usa para hablar
de él.
No desista has de hablar del Señor. No desistas
de pedirle al Señor.
Sigue clamando, sigue orando. Sigue en
la mañana levantando de madrugada y presenta a Dios tu adoración.
Y pídele, por
qué a quién tenemos en la tierra para pedir si no es al Señor.
Pídele, porque el Señor te llama que le pidas. Y él te va a
dar.
Pero siempre pídele para que su Reino, sea engrandecido.
Porque tu voluntad, aprendió a someterse a Su Voluntad.
Y cuando la voluntad del Señor entra en tu voluntad, tu voluntad
es de gozo, llegas a ser libre.
Porque se ha sometido a la voluntad del Señor.
Y te agrada el Señor, porque has aprendido a vivir para él.
Enfocate en Él.
Recuerda, las oraciones de nosotros, sus hijos, no caen en
saco roto, él las toma. Y él es que
te llevará hasta haber cumplido los días, él te llevará a ver el tiempo del
cumplimiento de sus promesas para tu vida.
Recuerda esto,
las peticiones que el Señor anhela, quiere, desea, él las coloca en nuestro
corazón.
Tu corazón tiene que estar del adecuado a escucharlo a él, y
esa petición que él puso en tu corazón, tú la escucharás, y sabrás que el Señor
quiere, y empezarás a clamar por ello, y si fue Él que lo puse en tu corazón,
su cumplimiento será efectivo.
Porque Dios es poderoso para cumplir todo lo que él anhela y
quiere.
En tu vida, sigue buscando, sigue orando, no te detengas.
De madrugada ora, busca en su Palabra cuál es su voluntad, busca,
no te detengas.
Espero haberte sino de bendición.
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