Aman La Santidad, Odian El Pecado
Los hijos de Dios
se conocen, por qué como aman la santidad, odian el pecado.
Los hijos de Dios tienen rasgos muy particulares, pueden
distinguirse.
Dice la Palabra de Dios, que por sus frutos los conocerás.
Los hijos de Dios también tienen una particularidad, odian el
pecado.
No se siente a gusto con el pecado.
Se conocen por qué el pecado, no es lo que a ellos realmente
les satisface.
Podrán
resbalar, podrán caer, pero vuelven a su padre.
No se quedan
en el pecado, porque ese no es su mundo.
Y hay una particularidad más esencial, y ese odiar el pecado,
si es cierto que se puede desarrollar naturalmente.
Hay personas que no gustan infringir la ley y hacer cosas
malas.
Puede ser una cualidad natural.
Pero, hay una cualidad que no es natural, y que solamente es
desarrollada por el Espíritu Santo en los hijos de Dios.
Los hijos de Dios tienen pasión por santidad.
Ese odiar el pecado, todos lo pueden tener, pero, pasión por
santidad, solamente es una cualidad que el Espíritu Santo desarrolla en
aquellos que son hijos de Dios.
El pecado en los hijos de Dios, no es lo que los llena de
satisfacción, al contrario, a los hijos de Dios el pecado nos llena de
vergüenza.
El pecado nos hace sentir en inmundos.
No hay deleite ni placer en el pecado, pero gusta la santidad
de Dios, gusta estar en la presencia del Señor.
Y no como una
cualidad natural, sino por una distinción desarrollada por el Espíritu Santo en
aquellos que son hijos de Dios.
Los hijos de Dios se conocen por qué cómo aman la santidad,
odian el pecado.
Aman estar al lado de su Padre celestial y tener comunión con
él.
Amamos la santidad.
AMAN LA SANTIDAD, ODIAN EL PECADO
Espero haberles sido de bendición.
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